Uno de los grandes temores para los organizadores de festivales siempre es el mal tiempo, ese factor incontrolable que puede poner en jaque meses de trabajo e ilusión. Y aunque el pronóstico para Estaciones Sonoras de Primavera no era alentador —con la lluvia que nos acompañó en el trayecto hacia Cascante—, la fortuna terminó sonriendo minutos antes de la apertura de puertas y Estaciones Sonoras primavera sobrevive al mal tiempo con mucha música. Aquí en Taste of Rioja os contamos nuestra experiencia en la sección “Escapadas”.
El antiguo Colegio Público Santa Vicenta María de Cascante lucía renovado para mejorar la experiencia del público: una entrada agrandada, nueva ubicación para el merchandising y el DJ, más baños públicos y un puesto de Kukuxumusu con premios y regalos.
La jornada arrancó con la apertura de la Zona Gastro “Escenario Reyno Sonoro”, gracias al sello Reyno Gourmet y el chef Sergio Lerga. Mientras tanto, el “Escenario Ámbar” se llenaba con el rock elegante y enérgico de los valencianos Santero y los Muchachos, banda formada por músicos de proyectos como La Pulquería, Docs, Madnoise, Miss-X, Obrint Pas o Absenta, que conquistó al público desde el primer acorde.
Con el cielo todavía aguantando y apenas unas gotas de lluvia, era momento de disfrutar del desfile de los Gigantes de Cascante.
Mientras se preparaba el escenario para recibir a uno de los artistas más esperados del día: Alizzz. El cantante, compositor y productor —ganador de un Grammy Latino por su trabajo junto a C. Tangana— ofreció un show íntimo y potente, rodeado de grandes músicos.
El siguiente plato fuerte fue León Benavente, banda de referencia del indie rock nacional, que volvía por tercera vez a Estaciones Sonoras. Con su característico sonido, riffs potentes y sintetizadores hipnóticos, demostraron por qué siguen siendo fuente de inspiración para tantos artistas emergentes.
Baiuca tomó el relevo con su fascinante fusión de electrónica y música tradicional gallega: gaitas, muñeiras y beats se mezclaban para ofrecer un cóctel sonoro único que transportaba al público desde una pista de baile a una fiesta popular. Entre conciertos, el Dj Pelos mantuvo el ambiente encendido, y Amable DJ fue el encargado de cerrar la jornada del viernes con una sesión vibrante para quienes aún tenían energía de sobra.
La lluvia no «empañó» el festival
La lluvia marcó el inicio del sábado, pero no frenó los planes del festival. Las actividades matutinas se trasladaron al Frontón Municipal del Parque de San Juan, donde hubo talleres creativos para los más pequeños y un concierto de versiones a cargo de Fuera de Clave. Luego llegó la tradicional paella solidaria organizada por «Reyno Sonoro» y un animado bingo musical.
Ya por la tarde, el grupo de punk rock Anabel Lee, procedentes de Barcelona, puso la energía mientras el tiempo mejoraba. El warm-up musical continuó con Popi & Sito DJ antes del regreso al escenario principal en el Colegio.
Con todas las entradas vendidas, el SOLD OUT del sábado prometía ser memorable. Abrió la jornada CastaZabal, ganadora del certamen Encuentros Arte Joven 2024, que combinó flamenco, jota y rap con gran personalidad. Le siguió la cantautora madrileña Travis Birds, que convirtió el escenario en un bosque de flores y vegetación, creando una atmósfera onírica y envolvente.
Entre actuaciones, DJ Cut se encargó de amenizar la espera hasta el momento más esperado del día: Love of Lesbian. Con más de 20 años de trayectoria, la banda ofreció un espectáculo completo que recorrió sus éxitos de siempre y temas de su último álbum. Hubo colaboraciones digitales con Rigoberta Bandini y Zahara, y una participación en directo de Travis Birds que emocionó al público.
El broche electrónico de la noche lo puso Ale Acosta, productor y músico fundador de Mojo Project y Fuel Fandango. Presentó su nuevo trabajo y temas como “Valentina”, adelanto de su próximo disco El Porvenir Vol.2, con sonidos que evocan sus raíces canarias.
Un fin de semana inolvidable
Para cerrar un fin de semana inolvidable, los DJs Bea Miau —también actriz y periodista— y DJ Peje —productor y habitual en Zebra Club y Pompa de Madrid— ofrecieron una sesión conjunta cargada de indie, pop, rock y electrónica que mantuvo al público bailando hasta el final.
Personalmente, solo puedo dar las gracias a todo el equipo de Estaciones Sonoras por su excelente trato y dedicación para ofrecer un evento digno de mención. Quienes se acercaron por primera vez a vivir la experiencia, como algunos amigos cercanos nuestros, salieron del festival encantados y con ganas de repetir.
Porque Estaciones Sonoras es mucho más que beber y escuchar música. Es comunidad, es cariño, es un sentimiento colectivo que se contagia. Es, sin duda, uno de esos festivales que dejan huella.